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  • Ediciones Mi mismo

UN ARGENTINO EN INDONESIA. Soy arroz.



Jogjakarta. Ciudad de residencia.

El síntoma comenzó de manera tradicional. Un poco de dificultad en la respiración al despertar. Se tapa una de las fosas nasales y pasas a respirar por uno solo de los tubos. Destapas ése y se tapa el otro. Lo típico en un resfriado. Desde que llegué a Indonesia noté el excesivo uso del aire acondicionado. En el hotel, en los mercados, en el avión, en el tren, en el taxi, en la universidad, en los teatros. Usan el aire acondicionado como deseando un frío extremo y natural, que por razones geográficas, nunca van a tener.

Luego de un potente “nasi sayur”[1] de desayuno en un “warung”[2] camino a la Universidad, - y digo potente porque toda comida indonesia pica y pica mucho - me detuve en un mercado por algo dulce. Sin elegir demasiado a causa del apuro, tomé lo que creí una barra de chocolate. Al primer mordisco fue instantánea la desilusión, descubrí que era una barra a base de arroz con un ligero revestimiento de cacao. Me lo comí casi sin fastidiarme. La noche anterior había cenado “nasi goren”[3], y el día anterior alguna otra comida con nasi. Es que prácticamente toda comida en Indonesia tiene como componente al nasi (arroz). Parecen no conocer otra opción.

Ya en clases, el golpe de aire frío intensificaba los síntomas. La nariz comenzó a picarme y el cosquilleo interno y profundo culminó en un fuerte estornudo. Sentí que inmediatamente algo cayó al suelo. Llevé la mirada hacia abajo y vi una cantidad considerable de arroz. No puede ser -pensé-. Me pasé los dedos disimuladamente por la nariz para limpiarme los mocos y para mi sorpresa, estaba seca. Repentinamente volví a estornudar. Esta vez pude ver cómo varios granos de arroz salían disparados de mi nariz... y comencé a estornudar repetidamente. Para entones, la clase ya había notado la extrañeza del extranjero. Hombre blanco que estornuda arroz no debe ser buen augurio. Tomé mis cosas y salí corriendo de la universidad por las calles de Jogjakarta. Iba estornudando y descargando infinitos granos de arroz metro a metro. La gente comenzó a señalarme, a insultarme, a arrojarme cosas desde la distancia. Metro a metro me iba convirtiendo en el fenómeno más extraño y temido de Indonesia.

Al llegar a la primera lona que encontré sobre el costado de una callejuela, donde se acostumbra dejar secar al sol el beras[4] me mezclé entre los granos para evitar ser descubierto. Muy estúpido de mi parte porque luego fui recolectado por un productor local, para pasar luego a ser empaquetado y terminar finalmente donde todo comenzó, en un warung masticado por la boca de algún indonesio.


[1] Arroz con verdura. [2] Puesto de comidas normalmente en la calle de no más de dos o tres comidas. [3] Arroz frito.

[4] Arroz cosechado. Es tan importante el arroz en la cultura indonesia que tienen diferentes nombres para las diferentes etapas del arroz.

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