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  • Ediciones Mi mismo

UN ARGENTINO EN INDONÉSIA. Pak Dalan (Señor Titiritero)

Actualizado: 3 jun 2020



Una de las primeras noches, luego de haberme instalado en Jogjakarta, llegué al lugar donde me alojaba. Una casa de familia en Kowen, un pequeño pueblo al sur de la ciudad cerca de la Universidad. Llegué pasada las 00.00Hs. Muy tarde para la costumbre indonesia, y más, tratándose de un barrio tradicional arraigado a las costumbres y la religión musulmana. A más tardar, alrededor de las 23hs la población suele estar durmiendo. Esto también se debe en gran medida a que el sol en Indonesia se esconde sobre las 17.30 horas y porque muy temprano por la mañana, a las 5 horas aproximadamente, deben estar despierto para el primer rezo del día.

Pero esa anoche, como algo poco habitual, antes de ingresar a la casa, vi a través de la ventana al padre de la familia, Pak Dalan[1], sentado sobre un tejido de batik, a la luz de una tenue llama, en la mitad de la sala y la curiosidad me invadió de lleno. Me quedé espiando un momento para retratar su intimidad. Sobre la misma manta reposaba uno de sus Wayang Kullit.[2] El Dalán, repetía tan suavemente partes del Mahabharata[3] que parecía estar orando. Lo que hacía en realidad, era repasar sus textos para su próximo espectáculo. Lo vi tomar el Wayang y acercarlo al calor de la llama del quinqué y descubrí en ese momento que se trataba de un personaje femenino. Minuciosamente le iba realizando curaciones. Trataba a una de sus princesas de manera tan delicada que no se me ocurrió pensar que simplemente estaba reparando uno de sus wayang, que solamente repara una herramienta de trabajo. Ese Dalan, en esa atmósfera tan íntima de la noche, estaba viviendo una relación directa con su princesa, como un verdadero acto sagrado de sanación. Con el paso de los meses, aprendería que los títeres indonesios tienen su origen en lo sagrado. Representan dioses, semi-dioses, princesas, etc -como podrían ser en occidentes las imágenes cristianas- y ellos, los titiriteros, serían como médiums entre los dioses y el pueblo.

Una asociación extraña de la mente en ese momento de intimidad me hizo recordar palabras de uno de mis maestros de actuación: “El cuerpo del actor es nuestra herramienta de trabajo. Hay que cuidarlo” y el de otro maestro un poco más extremista: “El actor es como la prostituta. Trabaja con el cuerpo. Hay que entrenarlo”. ¡Qué ciertas fueron esas palabras en su momento y aún lo siguen siendo! Pero qué extrañas, fuertes y sobre todo contrastantes y distantes me sonaron en ese preciso momento.

Tomé un registro fotográfico de lo que estaba atestiguando sin que lo percibiera y decidí entrar curioso de conocer de cerca su técnica, su habilidad y en el mismo momento que abrí la puerta, rompí la magia. Destruí el acto sagrado del Pak Dalan con su princesa. El diálogo fue breve por cuestión de idioma. Me enseñó qué estaba haciendo y como reparaba a su princesa. Fue muy gentil, pero ya nada era como hacía un minuto atrás.

Al día siguiente, no paré de preguntarme qué hizo el ser occidental con lo sagrado en el arte. Si solamente lo mencionamos en los libros teóricos. Si solamente coqueteamos con la idea en alguna que otra formación. Si solamente la usamos de filosofía. Si la trasladamos a las partituras, o a los tickets de ventas. Si se han quedado atrapadas en nuestros templos e iglesias.

¿Dónde vive, si es que aún vive, lo sagrado en el arte occidental? ¿O alguna vez existió?... La búsqueda me advertía ser longeva.

[1] Dalán: Titiritero Indonés. Pak Dalán: Señor titiritero. [2] Wayang Kullit: Títere de sombra tradicional, hecho de cuero de búfalo. [3] Mahabharata: Es la epopeya más antigua del mundo. El poema épico más largo de la historia, más aún que la Biblia. #darmasiswa #indonesia #pakdalan #dalan #wayang #WayangKulit #rito #ritual #titiritero


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